Estas ansias de tenerte cerca de mí me impulsaron
a escribir estas palabras.
Ellas te llevan mis sentimientos
y mis más puras pasiones que brotan de mi alma.
En las frescas tardecitas, cuando el sol se despide de las flores,
exhalando el último suspiro; mis pensamientos vuelan
hacia ti como una bandada de pájaros,
buscando tu calor, abrigo de mis inquietudes.
Por los valles y en los cerros flota una brisa juguetona
que merodea mi ventana buscándote;
y al no verte se aleja con los brazos caídos
de esperas y la mirada perdida en el horizonte rojizo,
más allá del sol.
Mis sentires convertidos en “nostalgias”,
Recorren los senderos que ayer nos envolvieran
en su aroma de blanco azahar.
Y las añoranzas
de tu imagen, van poblándose de suspiros,
ocultándose en las sombras
silenciosas de una noche más en solitario…
Y cuando despierta el astro, a la mañana,
te siento en mis adentros como ráfaga de ternura amanecida,
que nace a la vida pintando de soles todos los rincones.
Sé que estás en mí.
Sé que me recuerdas.
Pero los momentos de espera tienen espinas en sus aristas
y despiden sombras
sobre el pastizal de mis amores.
Mis sentires llevan en sus alas,
mis palabras de canela y un poema que escribo
con mis suspiros en los rayos de la luna de abril.
No tardes amor mío.
Tus rincones en la casa y el hueco en mi almohada
te esperan con ansias para desleír en tus labios
la esencia de este amor que tú conoces.
Siempre tuya…
Ninfa Duarte
domingo, 5 de enero de 2014
Vida mía
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